La Venganza...

*Aunque goza de muy mala prensa, la venganza parece ser un instinto, una reacción biológica y primitiva, casi tanto como el impulso de beber cuando tenemos sed. ¿Será por eso que hablamos de “sed de venganza”?Aplicar la venganza como represalia contra alguien que hizo algo incorrecto es la opción de algunas personas que eligen la revancha como manera de hacer justicia por mano propia.En términos psicológicos, dicen los especialistas, que la gente que ejecuta una venganza siente un placer similar al que le produce, por ejemplo, comer chocolate…
La venganza busca resarcir, indemnizar, pero el resultado puede ser el contrario, porque también puede generar culpa. Además, mantiene abiertas las heridas, que se resienten a cada paso del armado del plan vengador.
Pero hay otra manera de vengarse, y quizás sea la más civilizada y efectiva de todas, porque descoloca al ofensor: olvidar y perdonar. “Vengarse de una ofensa es ponerse al nivel de los enemigos; perdonársela es hacerse superior a ellos” .Debemos aprender a perdonar. Primero, pensar que el mejor remedio contra el mal es olvidarse de él. Segundo, porque lo que pasó ya pasó y puede enmendarse, pero no rehacerse. Y la tercera, que es como dicen los expertos, “Hay que olvidar para vivir.

El alma de los seres humanos es muy pequeña. Si la vamos llenando de rencores, la tendremos siempre llena y no podrá surgir de ella ni un solo acto de amor...