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miércoles, 4 de febrero de 2009

¡¡ARRIESGARCE...O NO???


Algunos pensadores sostienen que si uno no arriesga, el riesgo es aún mayor. Mas que riesgo, es la certeza de que la vida tomará las decisiones que nosotros no nos animamos a tomar. Y quizás elija por nosotros el camino menos deseado.Muchas veces nos encontramos en el punto en que debemos tomar decisiones difíciles, elegir un camino y correr el riesgo de equivocarnos. Y sacrificar objetivos en función de otros.Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos. Dentro de esa zona está todo lo que conocemos y lo que creemos. Allí están los mandatos, los miedos, los valores y las limitaciones. Lo usual, lo acostumbrado, lo fácil.”No soy feliz en mi casa”, "Este trabajo no me satisface", "Me encantaría irme a vivir al campo, o al exterior”, o “necesito hacer un cambio en mi vida”, son algunas de las frases que solemos decir cuando vivimos situaciones adversas…pero no nos arriesgamos a cambiar... Los sueños son inherentes a la condición humana. Van creciendo con nosotros, si los alimentamos; pero quedan reprimidos, ocultos y en estado vegetativo, si no nos animamos a aventurarnos a ellos. Buscamos oportunidades, pero no siempre estamos dispuestos a transitar caminos inseguros. Nos conformamos con lo que tenemos; asumimos que es lo único y posible, o lo conveniente, y aprendemos a vivir desde la resignación.A veces inventamos coartadas políticamente correctas. Decimos a quien quiera escucharlo, que sólo estamos postergando la decisión por un tiempo, en virtud de una causa superior. Y lo repetimos hasta el hartazgo, a tal punto que llegamos a “comprar” nosotros mismos ese falso argumento. Eso nos alivia la sensación de cobardía y nos absuelve de tener la culpa de nuestra insatisfacción. Y por supuesto, también sirve para justificar todo lo que hacemos mal, a causa de esa disconformidad.No buscar la excelencia en el trabajo porque no es nuestra vocación o porque no nos pagan lo que merecemos; engañar a otro porque “no me da lo que necesito entonces debo buscarlo afuera”; quejarme de mi destino, de mi mala suerte, y del lugar en el que me puso la vida, son buenas excusas para poner la responsabilidad afuera, y no hacerse cargo de la comodidad que significa no tomar riesgos.Paulo Cohelo escribió: “Un buen combate es aquel que emprendemos en nombre de nuestros sueños. Cuando se manifiestan dentro de nosotros con todo su vigor en la juventud, tenemos mucho coraje, pero así no aprendemos a luchar; después de mucho esfuerzo terminamos aprendiendo, pero entonces ya no tenemos el mismo coraje, entonces decimos que nuestros sueños eran infantiles, difíciles de realizar, o fruto del desconocimiento de la realidad de la vida. Matamos nuestros sueños porque tenemos miedo de luchar, de un buen combate.”En el diario vivir siempre se nos presentan oportunidades para cambiar, para aspirar a algo mejor, para crecer, para mejorar. La decisión está en cada uno de nosotros: seguir caminando por inercia y sin rumbo por el camino seguro, o aprender a caminar en la cuerda floja, pero con la energía que nos haga vibrar, con la seguridad y la confianza en nosotros mismos como para correr el riesgo de perder, pero enfocándonos en el triunfo. Y con la audacia de ir hacia un nuevo camino, con pasión. Lo importante –creo- es que al final de la vida, no nos espere la sensación amarga de la frustración, de la asignatura pendiente, del tiempo perdido y de lo que “como hubiera sido si…”No olvides que siempre podras contar con la ayuda de alguien,porque...
¡¡JUNTOS TODO ES POSIBLE!!

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